Verano azul

Mayo está siendo un mes especialmente feliz en nuestra relación con el fútbol en general y con el de Castilla-La Mancha en particular. Después de un duro año, por un virus de cuyo nombre no quiero acordarme y debido a un temporal que en vez de Filomena bien pudo llamarse Atila, va llegando la normalidad a nuestros campos. Gracias al esfuerzo de mucha gente y también a la firmeza de algunas instituciones. Vuelve el juego que antes conocíamos, con todas sus pasiones a flor de piel, acompañado de otra mentalidad que desde hace años se iba abriendo hueco en nuestras vidas y que, ahora más que nunca, se confirma. Este verano, por las peticiones que nos están llegando,
podremos recuperar el tiempo perdido en muchos de los campus de vuestros clubes. La Psicología siempre ha sido fundamental para prevenir problemas, para solucionarlos, para mejorar el rendimiento y, sobre todo, para consolidar los valores más importantes en nuestra sociedad. Pero muchos dirigentes han entendido con inteligencia que esta vez, en el deporte, es vital para afrontar lo que viene con garantías.

Y os preguntaréis, ¿qué hace TYM Psicología en esos campus de verano? Pues disfrutar, en primer lugar, que es el paso fundamental para transmitir y formar con pasión, e intentar que con nuestra labor disfrute el resto mediante un servicio integral que no sustituye a nada de lo que suele hacerse en estos formatos, sino complementa la gran educación que en ellos se dispensa. De inicio, nuestros psicólogos deportivos instruyen a los y a las futbolistas, junto con los entrenadores y monitores, echando mano de dinámicas y material audiovisual, en el aula o en la grada
(dependiendo de las medidas sanitarias y de los espacios que se puedan utilizar). Y, después, trasladan de forma práctica al terreno de juego las habilidades inculcadas. A fin de cuentas, demostramos que la Psicología Deportiva va mucho más allá de la teoría y que tiene su aplicación inmediata en el verde, que es el lugar en el que a todos nos gusta disfrutar.

Alcázar, Criptana, Toledo, Noblejas, este año también Herencia… han confiado y confían en nuestro método. Por no citar a la docena de clubes en Madrid, donde hacemos vida. Las razones son múltiples.

Una, la más importante, es dar tranquilidad a las familias en esta época de preocupación e incertidumbre, mostrando una sensibilidad añadida y dejando claro a los padres y madres que se vela por la salud más que
nunca. En referencia al aspecto mental, no sólo ayudando a superar el bache sino contribuyendo a mejorar su futura fortaleza. Además, después del factor humano, se da la posibilidad desde el aspecto puramente deportivo de integrar y adaptar una metodología profesional de forma dinámica, interactiva y lúdica. Sin olvidar que la carga psicológica, el manejo del estrés, la gestión del error, las habilidades comunicativas, la motivación, la cohesión y la toma decisiones se trabajan de forma colectiva pero también por líneas y de manera más individualizada.

De hecho, TYM tiene la suerte de poder colaborar con academias de tecnificación y diversos campus de porteros.
Así que ya sabéis, si en las próximas fechas veis a dos, tres o hasta cinco miembros de TYM vestidos de color añil coordinando ejercicios con balón desde el centro del campo, junto a nuestros entrenadores, estaréis ante lo cierto: la Psicología Deportiva sigue imponiéndose, con los beneficios que para nuestra salud supone, en lo que sería más que nunca un ‘Verano azul’.

*Este artículo ha sido publicado íntegramente en la revista de la FFCM.

Alfredo Matilla

Máster en Psicología de la Actividad Física y el Deporte. Periodista en AS antes de tener canas. Disfruto del deporte escribiendo sobre actualidad, y ahora también optimizando el rendimiento de deportistas.

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