El rugby siempre ha sido un deporte envidiado por otras disciplinas…
El rugby siempre ha sido un deporte envidiado por otras disciplinas, entre otras cosas por los valores que representa, como el respeto al árbitro o al rival. Entre tanta polémica en las noticias y las redes sociales, este maravilloso deporte se consigue colar y reclamar el sitio que se merece.
Hace escasamente una semana veíamos a CRAT Universidade Da Coruña imponerse a INEF- L’Hospitalet por 31-15 en Las Terrazas de Alcobendas, alzándose con el título de campeonas de la Liga Iberdrola de rugby. Ante más de 1.500 personas y seguido por otras tantas a través de Teledeporte, el rugby femenino se hace un hueco en el mundo del deporteo. No nos quedaron dudas cuando este fin de semana el Central de Complutense recibió a casi 9.000 espectadores, récord de asistencia en rugby femenino, para ver a las Leonas proclamarse por séptima vez campeonas de Europa.
Ya hemos hablado en otras ocasiones en este blog cómo preparar psicológicamente un partido de estas características, en las que el resultado es fundamental y el estrés puede ser elevado. Así que en este artículo nos centraremos en la preparación psicológica en el rugby, disciplina en la que tuve el placer de trabajar el año pasado en el staff técnico del Sanse Scrum de La Liga Iberdrola.
Como sabemos, la Psicología Deportiva hace uso de técnicas psicológicas para aumentar el rendimiento y bienestar de todos los agentes del contexto deportivo. De esta manera, lo primero que debemos conocer es la disciplina y sus particularidades, para después, adentrarnos en la singularidad de cada deportista y equipo.
Sin ser, ni mucho menos, una experta de la disciplina, y sabiendo que los experimentados tendréis muchas consideraciones al respecto, hablaremos a continuación de las variables psicológicas implicadas en el rendimiento en el rugby.
En primer lugar, para los lectores principiantes en este deporte, cabe señalar que el Rugby 7 y el Rugby 15 son muy diferentes. Espacio, tiempo y jugadores que modifican las variables tanto físicas como psicológicas implicadas. En este punto vamos a centrarnos en el Rugby 15.
Este es un deporte con un marcado contacto físico, en el que el rigor táctico es esencial y la toma de decisiones rápida y acertada, un punto necesario. Los jugadores deben decidir teniendo en cuenta numerosos elementos (contrarios, espacio, tiempo disponible, compañeros, etc.) y, en ocasiones, contando con una alta fatiga física que lo dificulta. Por ello, emplear ejercicios con espacio reducido y mucha toma de decisiones en tiempo muy limitado al final de los entrenamientos o en momentos de fatiga física ayuda a que en esos minutos decisivos del partido esta ejecución sea más acertada analizando el mayor número de estímulos posible. Además, debemos tener en cuenta que el aumento de la ansiedad dificulta estos procesos de toma de decisiones, por lo que exponer a los jugadores en entrenamientos a situaciones estresantes, como un resultado en contra o decisiones arbitrales perjudiciales, ayudará a la mejora de dicha variable.
Por otro lado, hay zonas del campo donde la concentración y la focalización en la tarea adquieren mayor importancia. Como, por ejemplo, la línea de 22 propia y la contraria, donde los aciertos valen partidos y los errores se multiplican por cien. Entrenar con objetivos sencillos, claros y que dependen totalmente del jugador multiplica el rendimiento. De esta manera, diseñar ejercicios en los que el refuerzo no sea el acierto y en los que el castigo sea el error, sino la conducta objetivo, como por ejemplo jugar lo más fácil posible (compañero más cercano y mejor posicionado), logrando que sus pensamientos estén centrados en esas conductas que, finalmente, nos llevarán al resultado. Esto además es extrapolable a situaciones en las que el rival es superior físicamente y los pensamientos están centrados en los errores frecuentes.
Y, por último, y sabiendo que nos dejamos muchas variables en el tintero, hay que destacar la importancia de la comunicación. Poca reclamación necesita este punto, ya que en cualquier disciplina con gran rigor táctico y la frecuencia de ayudas permanentes la comunicación es esencial. Pero, ¿cómo podemos trabajar esta variable? Es más, ¿podemos entrenarla? Rotundamente sí. A diario escucho a entrenadores y entrenadoras reclamar que sus equipos “hablen más”, seguido de un “esto no se puede entrenar”. Pues bien, elige en qué situaciones quieres que se comuniquen, qué y quién debe hacerlo en cada momento, transmíteselo y comienza por ejercicios muy específicos hasta observar los resultados en una situación real de partido. Y si quieres ir un paso más, elige uno, dos o tres jugadores, busca junto a ellos palabras claves para los objetivos específicos de los que hablábamos en el punto anterior, otórgales el rol de comunicarlos y aumenta la concentración de todo tu equipo.
El rugby es un deporte complejo, repleto de estímulos y variedad de situaciones; cuantas más herramientas tenga cada deportista y entrenador más cerca estará de su rendimiento óptimo. ¡Incluir la Psicología Deportiva en la planificación ayudará a este proceso!